Género: No ficción
Subgénero: Historia Local
Autor: Carlos Ibáñez
Título: Historias de un pueblo: Barakaldo
Año:
Editorial:
Dónde conseguirla: carlos.naguspea@gmail.com
Sinopsis:
Decía Tomás Muñoz Romero
que la historia grande ha de hacerse con las historias pequeñas. Que la suma de
las historias particulares forma la historia general. Pero las historias
pequeñas, locales, están en gran parte sin escribir y en muchos casos no va a ser
posible escribirlas porque se han perdido las huellas, los papeles, la memoria.
Las guerras, la barbarie, hija de la incultura, o
simplemente la incuria de generaciones, ha destruido muchos archivos
municipales. Faltan pruebas escritas de muchos hechos históricos. Un día sólo
quedarán las piedras y los huesos como testimonios del paso del hombre.
Se hace necesario reescribir la historia desde el
testimonio personal, desde el recuerdo, desde el relato directo de los que lo
vieron. No de otro modo precedieron Herodoto o el Inca Garcilaso.
Y no otra cosa hicieron los costumbristas sino contar
con arte lo que tenían ante los ojos para que lo conocieran los que hemos
venido detrás. Así Mesonero, así Larrea. Y así Hartzenbusch, otro artesano
orgulloso de su oficio, el de carpintero, que demostró no era en absoluto
incompatible con la creación literaria. La ebanistería fue su ocupación hasta
que le arrebató la fiebre del periodismo. Así desafiaba el autor de los Amantes
de Teruel a los cultos de su tiempo:
La tercia rima con trabajo acoplo.
Más fácil instrumento necesite
diestra que manejó mazo y escoplo.
Carlos Ibáñez es sobrino-nieto, por
línea paterna, de aquel Antón el de los Cantares, don Antonio de Trueba. Es
posible que de esa ascendencia, de aquel poeta ingenuo y sentimental que fue
cronista del señorío y el primer costumbrista vasco del Romanticismo (sólo
seguido a bastante distancia en el tiempo por Manuel Aranaz Castellanos, un
bilbaíno injustamente olvidado), le venga su vocación irrefrenable a este
coplero de hoy, y recopilador de estos valiosos materiales para la historia de
Barakaldo.
Es de agradecer el entusiasmo que pone en su tarea y le
permite dar a la imprenta el fruto de sus averiguaciones, de estos sucesos
pequeños en apariencia, pero que tienen un gran valor para la historia de
nuestro pueblo, pero sobre todo un valor sentimental inestimable para los que
hemos asistido de alguna manera a esa evolución y a ese crecimiento urbano, que
nos toca de cerca en nuestra curiosidad y que nos ayudará a amar más y más a
nuestro pueblo querido: Barakaldo.
Prólogo de Gregorio San Juan
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