Caminante en Julio
¡Qué gusto!
tu canto
sereno
que
reconforta al peregrino.
Es verte y
arrimarme,
postrado
servidor ante ti.
Rota tu
virtud
a lengüetadas.
Boca,
palmas unidas,
en pos del
divino elixir.
Días
después
en hogares,
el contacto
con carabina.
Encelada
por grifos,
Plásticos…
Ausente en
sequías
donde
claman tus servicios.
Echada a
perder.
Es
extrañarte
y plantarme
en tu reino.
Correr
fresca entre regadíos.
Abierta
para mí.
Deseada, pura.
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